Durante los meses de verano, las elevadas temperaturas nos invitan a deleitarnos con alimentos refrescantes y jugosos, como las frutas de hueso. Dentro de esta familia, existen diversas variedades, como el melocotón, la nectarina, el paraguayo y la fresquilla. A menudo, estas frutas son confundidas debido a su apariencia similar. No obstante, cada una de ellas brinda propiedades nutricionales y sabores únicos.
Melocotón, nectarina, fresquilla y paraguayo ¿en qué se diferencian estas frutas de hueso?
Melocotón: Esta fruta de piel aterciopelada y pulpa jugosa es un clásico de la temporada de verano. Los melocotones tienen un sabor dulce y refrescante, y son ricos en vitamina C y fibra. Se pueden disfrutar frescos, en zumos, en postres o incluso asados a la parrilla para realzar su sabor.
Nectarina: Similar al melocotón en apariencia pues es una variación, pero con una piel suave y brillante, la nectarina es una variedad de melocotón sin pelo. Al igual que su pariente cercano, la nectarina es dulce y jugosa, y está cargada de antioxidantes y fibra. Es perfecta para comerla tal cual o añadirla a ensaladas de frutas o batidos.
Fresquillas: Estas frutas, también conocidas como melocotón rojo o damascos, tienen una piel aterciopelada y un sabor dulce y ligeramente ácido. Las fresquillas son una excelente fuente de vitamina A, vitamina C y fibra. Se pueden disfrutar frescas, en mermeladas, en pasteles o incluso asadas para realzar su dulzura natural.
Paraguayo: Similar al melocotón pero de menor tamaño, se caracteriza por tener una pulpa jugosa y un sabor dulce y aromático. El paraguayo es rico en vitamina C, vitamina A y antioxidantes. Es perfecto para comerlo solo como snack o incorporarlo a ensaladas, yogures o batidos.
Sin duda, las frutas de hueso como el melocotón, la nectarina, las fresquillas y el paraguayo son una opción refrescante y nutritiva para disfrutar durante el verano. Aproveche ahora su temporada e incorpore a su dieta estos frutos con propiedades tan beneficiosas para el organismo.